La morfopsicología estudia aspectos como el carácter, personalidad, actitudes y capacidades, a través de la observación de las particularidades del rostro de las personas. Para lo cual, toma en cuenta varios campos importantes como lo son la psicología, la fisiología y la biología.
Entre sus objetivos principales, la morfopsicología busca lograr una mejor comprensión sobre la personalidad y necesidades del ser humano. Pero tomando como base la observación metódica de las características o rasgos faciales.
Esta disciplina, considerada por muchos como una pseudociencia, se basa principalmente en la observación. Aunque también el algunos estudios científicos en los que se ha observado cierta correlación entre características específicas del rostro y rasgos distintivos de la personalidad.
No obstante, la morfopsicología puede proporcionar información de gran relevancia. Especialmente para aquellas personas cuyas profesiones se orientan mayormente a las relaciones humanas, o que tienen contacto permanente con el público.
En recursos humanos, puede ayudar a hacer una mejor elección del personal adecuado para satisfacer los requerimientos de una organización. O bien determinar las características de la personalidad de clientes potenciales, a fin de diseñar las estrategias comunicativas más efectivas.
También puede ser de gran utilidad en psicología, porque puede facilitar el proceso terapéutico. Mientras que en el área educativa, puede proporcionar a los docentes, datos sobre las fortalezas y debilidades de sus alumnos, a fin de diseñar mejores estrategias o una educación más personalizada.
Zonas del rostro según la morfopsicología
La morfopsicología divide el rostro humano en tres áreas. La prominencia de una zona en particular puede dar indicios acerca de factores como la personalidad o el temperamento de un individuo. Las tres zonas son:
Zona inferior
La cual está comprendida por el maxilar inferior, es decir abarca el mentón y la mandíbula, y es la que se denomina “cerebro reptil”, que se encuentra vinculado al sistema nervioso y endocrino. Las personas que tienen esta área dominante suelen presentar una conducta impulsiva e instintiva, comúnmente asociada a una personalidad agresiva.
Zona media
A esta área pertenece el maxilar superior, incluyendo los pómulos y la nariz. Corresponde al llamado “cerebro mamífero”, relacionado con el sistema límbico y vegetativo y por ende con las emociones. Estas personas suelen ser bastante empáticas, con habilidades para el cuidado de los demás y un alto grado de emotividad.
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Zona Superior
Incluye la frente, que es la parte anterior a la bóveda del cráneo, así como los ojos, cejas y sienes. Por lo tanto, está asociada a la mentalidad o los procesos de pensamiento. Mientras más grande sea la prominencia de esta área, mayor capacidad de procesamiento de información, mejores aptitudes intelectuales y reflexivas, así como desempeño en operaciones de cálculo.
También se consideran otros indicadores morfopsicológicos: el marco, los receptores, el tono y el modelado.
El marco corresponde a la construcción ósea del rostro y determina el grado de vitalidad. Mientras que los receptores son la nariz, la boca y los ojos, cuyo tamaño determina cuál consume más energía.
El tono por su parte, tiene que ver con la firmeza de las facciones y predice la actividad o pasividad de una persona. Y el modelado indica que tan sociable es, así como su nivel de adaptación.